El espacio de las ideas de la comunicación social está ocupado por un amplio y plural tejido asociativo. Todas esas ideologías comparten el denominador común de la cultura moderna, el pluralismo. Estamos ante un nuevo sistema de creencias que impone un sentimiento básico que domina la visión del mundo, el de la voluntad de poder. Esta nueva ideología triunfante se las tiene que ver con sus propias contradicciones para organizar y jerarquizar los afectos y favorecer las aspiraciones de justicia, de ética y de pluralismo y para favorecer la inteligencia social que resuelva el problema de transformar la necesidad de bienestar de la sociedad en una necesidad individual a satisfacer. La publicidad social ayuda a resolver esa contradicción y utiliza las aportaciones de la creatividad, la biopolítica y la neuroética.