Este artículo plantea algunos puntos del debate acerca de la naturaleza del Tercer Sector como sector no lucrativo, y su identificación o no con el concepto de economía social. La consideración relevante es que se trata de formas de economía, diferentes a las mercantiles, que son desconocidas o poco conocidas en la sociedad. La función de la Ley de Economía social española busca una mejor definición de las entidades que la componen, así como fomentar su desarrollo y su visibilidad. Sin embargo todavía existen resistencias, a pesar de las cuales el Tercer sector ha sabido profesionalizarse y organizarse en los últimos años, convirtiéndose en un sector con potencialidad económica que ha mejorado extraordinariamente su gestión y su capacidad de respuesta eficaz y de calidad. Los cambios que están obligados a realizar en la forma de gestión, tanto el Tercer Sector como la Economía social en el periodo de crisis actual, no van a alterar en estas entidades los valores de solidaridad, inclusión social, utilidad pública y cohesión social y territorial, porque forman parte de la naturaleza y los principios de estas entidades. No hay que olvidar que el Tercer sector tiene entre sus objetivos principales conseguir oportunidades que permitan la inserción laboral de aquellas personas que tienen dificultades para trabajar. La economía social se contempla como una vía de inserción activa de las personas en riesgo de exclusión y con déficits personales para incorporarse al mercado laboral ordinario y ejercer sus derechos de ciudadanía