Hay un tiempo en el que las obligaciones laborales se suspenden, se da rienda suelta al ocio, al paseo por el paseo, a la tranquilidad o a la excitación ante lo nuevo. Las corbatas dejan por unos días de oprimir cuellos, las reuniones se convierten en acontecimientos para disfrutar entre familiares y amigos, la apretada agenda se cierra y se abren los libros. Hasta los publicitarios más ocupados lían sus bártulos y se encaminan a otros lugares para renovar sus energías. Varios de ellos nos cuentan lo que van a hacer este verano