La existencia de paraísos fiscales brinda una oportunidad a las actividades delictivas de evasión y fraude fiscal. Los lugares en los que se refugian los capitales para no pagar impuestos contribuyen también al desarrollo de prácticas corruptas a la vez que son una herramienta utilizada por los delincuentes para poder ocultar sus recursos obtenidos ilícitamente. Los Estados nacionales y las instituciones europeas deben elaborar medidas comunes que terminen con los paraísos fiscales, poniendo coto al fraude fiscal y defendiendo así el Estado de Derecho.