En este artículo se discuten los diversos planos en los que el programa sociocultural de la modernidad exhibe claroscuros que no son sino los síntomas de una crisis profunda y multiforme de la cual cualquier salida se promete laberíntica, pues compromete el futuro de la humanidad en una diversidad de planos, órdenes sociales y densidades temporales. Es así que los temas de la modernidad/colonialidad, la crisis de hondura histórica por la que atraviesa el capitalismo y los desafíos de la política emancipatoria son analizados en el marco de una estrategia metodológica de cuño benjaminiano que entiende su dialéctica como en estado de suspensión; por ello, nuestra contemporaneidad se mira en el doble rasero de la duración y la simultaneidad, pero sin permitir aventurar una hipótesis a propósito de aperturas que signifiquen una discontinuidad histórica.