Japón es sin duda el país del mundo con mayor tradición en cuanto a uso y explotación de fuentes termales. Por ello no es de extrañar que el Estado nipón cuente desde hace sesenta años con una Ley estatal que se ocupe de regularlas. Se trata, no obstante, de una norma no exenta de polémica y muy criticada en los últimos tiempos. De ella se ha dicho que la definición que ofrece del término onsen (aguas termales) no se corresponde con su acepción común, que descuida la protección de los consumidores y usuarios, y que no regula de manera adecuada el control de la calidad de las aguas, tolerando incluso el falseamiento de su origen natural. El presente estudio ofrece una traducción íntegra y un análisis de la norma japonesa para constatar sus ventajas y adquirir conciencia de sus lagunas y puntos débiles.
There is no doubt that Japan is the country with the world�s largest tradition in exploitation and use of hot springs. It is not surprising then that sixty years ago the Japanese law on hot spring waters was already in place. However, this is a controversial law which has been often criticized in the last years, specially because the legal definition of the term onsen (thermal water) does not comply with its common meaning. Moreover the law neglects the protection of consumers and users by not regulating properly the water�s quality control and even by tolerating the falsification of its natural origin. This research paper offers the complete translation (from Japanese into Spanish) of the Japanese law on thermal waters and a complete analysis of its contents in order to ascertain its benefits and become aware of its gaps and weaknesses.