Miryam Hazan Bejar
En 1986, después de más de una década de continuo debate, el Congreso de los EEUU aprobó la ley sobre la Reforma y el Control de la Inmigración (IRCA), que incluía dos grandes programa de regularizaciones que, en su conjunto, beneficiaban a caso tres millones de inmigrantes en un país de 243 millones de habitantes en aquel momento. Esos programas, que garantizaban un estatus legal sobre todo a los mejicanos recién llegados, tenían implicaciones decisivas para los EEUU: vinculados a las políticas de reunificación familiar ya existentes desde 1965, estas regularizaciones promovían un crecimiento amplio y sin precedentes de la población hispana, transformad de esta forma el panorama demográfico y político de la nación. Debido a su amplia y creciente presencia, los hispanos se han convertido en la actualidad no sólo en un importante sector de la población en muchas ciudades y suburbios norteamericanos, sino que también poseen un importante potencial �si bien aún no resulta evidente- para convertirse en un importante electorado político con capacidad para influir e incluso determinar los procesos políticos y electorales en los niveles nacional y subnacional. Al mismo tiempo, el asentamiento de muchos hispanos en todo el país ha abierto importantes debates sobre la identidad nacional americana, los derechos de ciudadanía que están en el corazón de la forma en que una comunidad política se define a sí misma. En el año 2005, en el otro lado del Atlántico, España aplicaba también un importante proceso de regularización. Este ambicioso proceso, implementado por un gobierno socialista, benefició a unos 575.00 inmigrantes irregulares. Antes de esta política, otros gobiernos españoles del PSOE y del PP habían aplicado importantes programas de regularización que comenzaron en 1991. En su conjunto, las regularizaciones españolas han afectado casi a unos 2,5 millones de inmigrantes en un país de más de 44 millones de habitantes. Como en el caso norteamericano, la regularización llevada a cabo por el gobierno socialista, junto con los anteriores procesos de regularización, ha transformado la composición demográfica y étnica de este país. Aunque son muy recientes, estas amnistías han transformado ya no sólo la demografía de este país sino también su panorama político y social con importantes implicaciones sobre la identidad nacional y su noción de ciudadanía. ¿Qué políticas hay detrás de la aplicación de la regularización de 1986 en los EEUU y de la española de 2005? Cuáles son las similitudes y las diferencias entre los procesos políticos que han conducido a esas políticas? ¿Qué hace posible esas ambiciosas regularizaciones y qué explica las diferencias y parecidos en las perspectivas adoptadas por los EEUU y España? ¿Por qué España fue capaz de implementar una regularización tan ambiciosa justo un año después de un ataque terrorista en Madrid cometido por extranjeros residentes en su territorio, mientras que en los EEUU se ha vuelto muy difícil, especialmente después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, aprobar cualquier reforma inmigratoria que vaya Más allá del control y de la frontera? ¿Qué nos explican esas experiencias sobre los sistemas políticas norteamericano y español, respectivamente? ¿Cuáles han sido los efectos de las regularizaciones inmigratorias sobre las vidas política y social de los EEUU y de España? ¿Qué podemos aprender de esos dos diferentes casos en términos de política de inmigración para el siglo XXI? Este artículo se dirige a estas y otras cuestione similares mediante un análisis comparado neoinstitucionalista de las políticas existentes detrás de las políticas de inmigración norteamericana y española de las últimas décadas, con especial énfasis en la regularización norteamericana de 1986 y la española de 2005.
In 1986, after more than a decade of continuous and contentious debate, the US Congress approved the Immigration Reform and Control Act (IRCA) that included two major legalization programs that together benefited almost three million immigrants in a country of 243 million inhabitants at the time. These one-time only programs, which granted legal status predominantly to Mexican newcomers, had major implications for the United States: linked to the family reunification policies already in existence since 1965, these regularizations promoted a large and unprecedented increase in the Hispanic population, thus transforming the country�s demographic and political landscapes. Because of their large and growing presence, today Hispanics have become not only an important segment of the population in many American cities and suburbs, but also they have the potential �if yet not clearly evident-- of becoming an important political constituency with the capacity of influencing and even determining political and electoral processes at the national and sub-national levels. At the same time, the settlement of so many Hispanics all over the country has also opened up major debates about American national identity, citizenship and rights which are at the heart of the way in which a political community defines itself. In 2005, on the other side of the Atlantic, Spain, also implemented a major immigration amnesty. This ambitious policy performed b a socialist government, benefited 570,000 undocumented immigrants. Prior to this policy other Spanish administrations from the PSOE and the Popular Party (PP) had also implemented major immigrant regularizations programs starting in 1991. Together all the Spanish regularizations have benefited almost 2.5 million immigrants in a country of 44 million inhabitants. As in the American case the Spanish amnesty performed by the socialist government, along with the previous immigrant regularization processes have transformed the demographic and ethnic composition of this country. Although still very recent, these amnesties are already transforming not only this country�s demographics but also its political and social landscapes with major implications for its national identity, and its notions of citizenship. What are the politics behind the implementation of the 1986 American amnesty and the 2005 Spanish one? What are the similarities and the differences between the political processes that led to these policies? What made these ambitious immigration amnesties possible and what explains the differences and similarities in the approaches taken by the United States and Spain? Why was Spain able to implement its most ambitious amnesty just a year after a terrorist attack in Madrid committed by foreign nationals residing in its territory, while in the United States it has become very difficult, especially since the September 11, 2001 terrorist attacks in New York and Washington, to pass any immigration reform that goes beyond enforcement and border? What do these experiences tell us about the American and Spanish political systems respectively? What have been some of the effects of the immigration amnesties on the political and social lives of the United States and Spain? What can we learn from these two different cases in terms of immigration policy for the twenty-first century? This paper addresses these and similar questions through a neo-institutional comparative analysis of the politics behind the American and Spanish immigration policies of recent decades with a special focus on the 1986 American immigration amnesty and the 2005 Spanish amnesty.