Laurent Geslin, Sébastien Gobert
La integración de los países del Este en la Unión Europea, en 2004, y la borradura progresiva de las barreras fronterizas debían atenuar el resurgimiento de las identidades nacionales que se observó a principios de los años 1990. Sin embargo, en Hungría y Eslovaquia, al igual que al otro lado de la "muralla de Schengen", en Ucrania, las poblaciones permanecen prisioneras de las estrategias políticas que instrumentalizan las cuestiones de identidad.