El trabajo con pacientes "crónicos" nos enfrenta al deterioro de una institucionalización prolongada que impacta profundamente en la subjetividad. El encuentro con estos sujetos nos convoca a "inventar" abordajes que permitan algún despliegue subjetivo, generar aberturas que desborden la condición de imposibilidad que la institucionalización parece producir y nos incita a pensar que es posible producir nuevos posibles.