Antonio Monteiro Fernandes
En pocos años, la situación económica y financiera de Portugal pasó de una aparente normalidad a una crisis profunda, que motivó el recurso a la ayuda financiera externa, mediante la intervención de una troika constituida por representantes del FMI, de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo. Antes y después de la troika, se sucedieron las medidas de �austeridad� que inciden sobre los trabajadores de los servicios públicos, los pensionistas y, por último, sobre la generalidad de los trabajadores, a través de una extensa reforma laboral. Este texto describe y analiza este proceso, cuyos resultados están lejos de ser satisfactorios.