El sistema de la política cultural en Cataluña representa un caso complejo y singular. Complejo porque tres administraciones públicas desempeñan en él un papel central, por su relevancia presupuestaria, organizativa y sustantiva: Departamento de Cultura, Diputación de Barcelona y Ayuntamiento de Barcelona. Y un sistema singular porque representa un caso que no se ajusta a los modelos tradicionales de política cultural, ya que la Diputación ha desarrollado un sistema de cooperación cultural que va más allá de sus atribuciones y el Ayuntamiento de Barcelona desarrolla funciones en el sistema que son muy superiores a las que le corresponderían por su rol teórico. En nuestro análisis del caso de Cataluña, hecho a partir de una serie de entrevistas a una muestra razonada de actores destacados del sistema, mostramos por qué la articulación entre administraciones públicas en el campo cultural ha sido aquí una de las principales dificultades para el desarrollo de la política cultural y cómo ha existido en Cataluña una permanente tensión entre la lógica que lleva a la racionalización del sistema y la lógica de las relaciones de poder. De esta lógica se han derivado importantes resistencias político-institucionales, que han venido dificultando la racionalización del sistema en los últimos treinta años.