A la luz de la situación demográfica en el Extremo Oriente, caracterizada por la convergencia de un país con amplias reservas laborales que vive un acelerado desarrollo económico (China), algunas sociedades prósperas que experimentan un estancamiento poblacional (Japón, Corea del Sur y Taiwán), y una región de perfil predominantemente joven que suma 550 millones de personas (el sudeste asiático), los autores analizan el dinamismo de los flujos de trabajadores migratorios en el interior de ASEAN y examinan el posible estrechamiento de los lazos de colaboración para llegar a un mercado de trabajo más armonizado que fortalezca la competitividad global del área.