Rosa Romanillos Vidaña
Hasta hace pocos meses, Ángel sólo comía carne, garbanzos, manzana y galletas, y también le gustaba el queso que ponía su madre cuando gratinaba los macarrones. Éstos eran los únicos alimentos que aceptaba. Ángel tiene nueve años y es un niño con autismo. Como otros niños que se encuentran dentro del espectro autista, tiene trastorno de alimentación. En este artículo se explica la experiencia y se presentan propuestas de intervención.