La propiedad agraria de Galicia se caracterizó durante el Medievo y el Antiguo Régimen por su monopolización por las órdenes monásticas y la nobleza. La amplia masa del campesinado �el noventa por ciento de la población total- únicamente disfrutaba de las tierras a través de la institución del foro, una derivación tardía de la enfiteusis greco-romana.