El incremento del tráfico comercial en el mundo romano determinó la aparición de nuevas garantías para el vendedor que, permitían, al comprador, la inmediata disponibilidad de la cosa comprada. En este sentido, la jurisprudencia romana descubre, en el ámbito de las garantías reales, la hipoteca, como mecanismo de aseguramiento del cumplimiento de un crédito cuya ejecución o cumplimiento se dilata en el tiempo. Analizaremos un supuesto especial de pacto de reserva de hipoteca del vendedor sobre la cosa vendida -pactum reservatae hypothecae- constituido con posterioridad a la perfección del contrato en garantía de la parte aplazada del precio.