Lorenzo Garrido
Además de una serie de importantes antecedentes histórico-económicos, es preciso analizar la situación de lento crecimiento económico a largo plazo que padece la economía japonesa; desde la década perdida de los años 90 del siglo XX, tras una expansión sin parangón, durante tres decenios. Ese nuevo estado de cosas se gestó a partir de finales de los años 80, y con datos macroeconómicos cabe establecer las siguientes conclusiones: 1) la burbuja especulativa surgió de la flexibilización del sistema financiero y de una política monetaria expansiva instrumentada desde 1985 para contrarrestar la apreciación del yen; 2) las restricciones monetarias implantadas en 1989, para frenar la inflación, provocaron el estallido de la burbuja especulativa; 3) el deterioro de la posición financiera de las empresas y de la solvencia de los bancos, derivado de la explosión de la burbuja, frenó el ritmo de expansión de actividad económica de Japón durante los años 90 y lo que llevamos de siglo XXI. En lo que ya es un claro modelo de estancamiento a la japonesa.