Reducida durante mucho tiempo a magnificar el realismo revolucionario y a sus figuras triunfantes (el campesino, el soldado y el obrero), la fotografía china se ha puesto de manifiesto desde principios de los años 1980. Para explicar el desfase entre la realidad y el discurso dominante, algunos artistas ponen el énfasis en quienes sufren, otros se mofan de los códigos oficiales u optan por ponerse sobre el tapete.