En la batalla que les enfrenta a los medios de comunicación privados -entre ellos el semanal Veja- los Gobiernos latinoamericanos resueltos a reglamentar el sector de la información han topado con unos aliados inesperados: eminentes miembros del Partido Conservador británico. Las desviaciones del grupo Murdoch les han convencido de que no cabe esperar que las empresas de prensa se regulen por sí mismas.