Philippe Descamps
Veinte años después de la toma de Shushá por las tropas armenias, el 9 de mayo de 1992, el alto el fuego es más inestable que nunca en las montañas del Alto Karabaj. El rápido rearme de Azerbaiyán desde 2010 hace temer una reanudación de los combates con consecuencias incalculables para el conjunto del Cáucaso. Los dos pueblos pagan a un precio elevado el estancamiento político y diplomático.