La Unión Europea consintió el 21 de febrero conceder una nueva ayuda financiera a Grecia, a condición de que Atenas acepte una "mayor vigilancia" de su gestión presupuestaria. Este plan no hará sino agravar un poco más la recesión en un país esangüe. ¿La obstinación en preconizar el rigor se explicaría por convicciones morales más poderosas que la razón?