En un momento en que los Estados-nación ceden ante las fuerzas del mercado y en que se tambalea la configuración geopolítica heredada de la posguerra, los dirigentes sueñan con la estabilidad. A pesar de ello, las formas de gobierno implementadas por los imperios resultan fascinantes por su resistencia a los sobresaltos de la historia, su flexibilidad y su capacidad de unir a diferentes pueblos. ¿Qué podemos aprender de ellas?