La continuación de las manifestaciones en Egipto, Siria, Yemen, Baherin y otros países árabes confirma que las revueltas que agitaron la región hace un año todavía están lejos de apagarse. Pero no podemos olvidar que, además de la democratización, se disputa también la posición de la región, castigada por numerosos conflictos, dentro de la geopolítica mundial.