Álvaro García Linera
El pasado mes de junio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial alababan la "sólida gestión macroeconómica" del Gobierno boliviano. Algunos meses más tarde, en las calles de La Paz resonaban las voces de los manifestantes que exigían una revalorización salarial. Hay quienes denuncian un retorno al neoliberalismo bajo la égida del presidente Evo Morales. ¿Será el final del viraje hacia la izquierda de Latinoamérica, simbolizado particularmente por la elección en 2005 de este sindicalista campesino e indígena? En Bolivia, el clientelismo todavía no se ha erradicado; las nuevas élites reproducen los errores de sus predecesores; y los conflictos sociales estallan de forma regular. Sin embargo, ¿implica esto una traición de la Administración de Morales? ¿O las dificultades actuales revelan más bien las tensiones propias de los movimientos de transformación social? Álvaro García Linera se inclina por esta última hipótesis. El vicepresidente del Estado plurinacional de Bolivia defiende la situación del Gobierno. Antiguo guerrillero, sociólogo y autor de numerosas obras, reflexiona sobre los obstáculos del cambio. Esta dualidad aporta originalidad a su testimonio: no son habituales los casos de intelectuales que se enfrentan al rigor que la realidad impone a sus teorías; e igualmente inusual es que los dirigentes políticos examinen las implicaciones teóricas de su acción.