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La crisis económica ha empujado a muchos adultos a las aulas y ha conseguido que más adolescentes permanezcan escolarizados ante las escasas perspectivas de encontrar un trabajo sin cualificación. La demanda de formación profesional en el curso lectivo 2011-2012 concentró el mayor aumento de matrícula en los últimos años, lo que genera un alumnado más heterogéneo. Como indica la Encuesta de Población Activa, las víctimas del paro son principalmente personas sin títulos académicos postobligatorios y que hallan una nueva vía de inserción laboral en el estudio de los diferentes ciclos de formación profesional.
