Damien Millet, Eric Toussaint
El segundo plan de rescate de la deuda soberana de Grecia, decidido en la Cumbre europea del 21 de julio pasado, pretendía ser una "muralla contra la especulación" pero también ha fracasado. Tras unos días de frágil tregua, los tiburones de la especulación han vuelto al ataque con mayor ferocidad si cabe, azuzados por las agencias de calificación. Atenas no podrá pagar su deuda. Y si todo sigue igual, las consecuencias para el euro y la UE serán traumatizantes. Y aún más graves para los ciudadanos machacados por el paro, la austeridad y los recortes. Hasta que la política se atreva por fin a domesticar a las finanzas y a regular un capitalismo desbocado.