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Epidemias, guerras, caos político, prácticas culturales... muchos son los factores que orientan la demografía de un país. En Rusia, la población había disminuido antes de la implosión de la URSS, pero la "terapia de choque" ha acelerado la caída (páginas 22 y 23). En los países árabes, el peso de la juventud ha contribuido a la revuelta (página 17). La visión que los pueblos tienen de sí mismos influye igualmente en su número. En ciertas épocas, el miedo a la superpoblación ha invadido las mentes, mientras que en otras ha dominado el temor a la despoblación (páginas 18 y 19). En China, la gran preocupación proviene del envejecimiento acelerado (páginas 20 y 21). En todas partes, el número creciente de las personas mayores constitye una de las características principales del siglo XXI.
