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Cecilio Oviedo Pérez de Tudela
Portugal, país miembro de la UE desde 1986, ha tenido una demanda interna por encima de su producción nacional, causando graves problemas de deuda externa y de balanza de pagos a la que se suma la situación del tradicional déficit presupuestario agravado por la crisis económica global, que acabó provocando la petición de rescate de su economía en abril de 2011. En consecuencia, el Gobierno de coalición conservador está aplicando políticas de extrema austeridad, que está agravando la recesión. El desafío es restablecer la confianza de los inversores consolidando las finanzas públicas y conseguir una disminución progresiva de la gran deuda externa. Fundamentalmente, los riesgos son el elevado endeudamiento y la difícil situación de su posición financiera neta internacional, los problemas de competitividad y la situación del mercado laboral. Las relaciones comerciales y de inversión ibéricas son muy profundas existiendo una dependencia definida por la asimetría. Portugal ha sido el tercer mercado de España. España es el principal proveedor y cliente de Portugal.
