Christophe Ventura
Con la vuelta de la temporada agrícola, la pequeña ciudad calabresa de Rosarno se prepara para el retorno de los trabajadores temporeros. Esos mismos que los violentos motines de enero de 2010 expulsaron de la ciudad. De manera unánime, los medios de comunicación denunciaron entonces el "racismo" de la población. Un regreso al lugar permite hallar otras explicaciones.