Diego Iñiguez Hernández
Desde hace años se habla de la necesidad de reformar el Consejo General del Poder Judicial por razones diversas, que tienen que ver con la forma de designar a sus integrantes, su funcionamiento por cuotas previsibles, su pesadez como órgano anticuado y oscuro y su inanidad. Pero el verdadero problema de la Justicia en España es de más calado, porque es fundamentalmente de eficacia y de organización, y su mejora depende poco de quien presida una Audiencia o un Tribunal Superior.