En este artículo el autor realiza un análisis histórico del diálogo cultural entre Europa y América, llegando hasta la última bienal de San Pablo. En esta mega exposición observa que aun no se ha conformado un circuito latinoamericano de arte, similar al europeo-estadounidense, que funciona de manera activa, ligando a museos de un lado y otro del Atlántico a través de grandes exposiciones.