Aunque el sistema político español se incardina dentro del concepto de Estado Compuesto, a diferencia de otros modelos como el Estado Federal o la Confederación de Estados, sólo existe una soberanía nacional, cuya titularidad ostenta el pueblo español en su totalidad. La inclusión de la acepción «pueblo o nación» en la Ley Orgánica de los Estatutos, sólo implica un reconocimiento de carácter sociológico, histórico o cultural, pero desprovisto de reconocimiento de la existencia de un poder constituyente y de alcance jurídico interpretativo.