Interrumpidas tras el naufragio en el mar Amarillo de una corbeta surcoreana, las discusiones "humanitarias" entre la República de Corea y la República Popular Democrática de Corea (RDPC) se reanudaron el 20 de septiembre. Mientras que Pyongyang multiplica las provocaciones, Seúl se aprovecha de las tensiones para justificar sus gastos armamentísticos y renovar su alianza estratégica con Washington.