Hay un "defecto en Eire", ironiza el banco Natixis. De hecho, Dublín reconoce que su programa de austeridad -destinado a tranquilizar a los inversores- agrava su recesión y... preocupa a los mercados. Así, el "buen alumno" celta podría unirse al "zoquete" griego en el banco de los insolventes. Una nueva transformación del modelo irlandés, menos milagrosa que las precedentes.