C. Fred Bergsten
Las recientes medidas proteccionistas de la administración Bush provocaron fuertes críticas en el ámbito internacional. Si Estados Unidos retrocede en su promesa de abrir los mercados, otros países tendrán la excusa de hacer lo mismo. Lo que los críticos deben saber, expone el autor, es que dichas medidas ayudaron a Bush a obtener del Congreso la autoridad de negociación conocida como fast track y que ésta es la base política que necesita para iniciar una posterior liberalización.