Roberto Montoya
El 12 de enero de 2002, cuatro meses después de los atentados del 11-S, la Administración de Bush mostraba con orgullo al mundo entero humillantes fotos de anónimos prisioneros maniatados, encapuchados y arrodillados frente a sus jaulas-celdas en el penal de Guantánamo. Eran las primeras presas de la "cruzada contra el terror". El 12 de enero de 2010, a casi un año de la llegada de Obama a la Presidencia de Estados Unidos y de su promesa de cerrar ese campo de concentración del siglo XXI, cerca de 200 prisioneros seguían allí, olvidados por la comunidad internacional.