La explicación de los flujos migratorios ha intrigado en todas las épocas. En la actualidad, la teoría neoclásica busca esa explicación en las diferencias salariales mientras que las teorías institucionalistas lo hacen en rupturas del equilibrio interno de las sociedades emisoras de esos flujos. Resolver este debate teórico apelando a los hechos parece difícil, dado que los flujos reales aparecen mediatizados por políticas de inmigración fuertemente restrictivas en los países de acogida. Teniendo en cuenta esa limitación, el presente artículo pretende aportar evidencia no formalizada, y por tanto no concluyente, sobre el asunto, para la cuenca del Mediterráneo occidental.