Tras unas consideraciones generales sobre la inercia de las elecciones vitales y la influencia del momento biográfico en el que se hacen esas elecciones se pasa a examinar la evolución secular de la población y los hogares en España como efectos del cumplimiento de la transición demográfica. A continuación se expone el proceso de transición convivencial cuyo efecto es la disminución de la oferta de viviendas a la que ha dado lugar la prolongación de la independencia de los ancianos. Se describe el actual proceso de formación de hogares en la sociedad española con especial atención al retraso que se ha producido en la emancipación de los jóvenes. Para ello se analizan los procesos de inserción laboral, de nupcialidad y de acceso a la vivienda comparando las situaciones de 1976 y de 1994. Los resultados son que, desde 1976, la edad del acceso al empleo se ha retrasado 6 años, la del matrimonio 3 años y el logro de la vivienda se realiza con 2 años más de edad que en 1994.