Pepe Baeza
La fotografía -entendida como testimonio presencial de realidades significativas desde un punto de vista social, político y económico- está en crisis. Esta crisis se manifiesta en unos síntomas que, en conjunto, muestran claramente la posición que el poder económico reserva a la imagen con el fin de controlar su enorme potencial de información, de análisis y, en consecuencia, su capacidad de contribuir a la trasformación de la realidad. ¿Qué soluciones hay para salir de esa situación?