Philippe Pons
Para hacer frente a la crisis sin tener que recurrir a la ayuda del Fondo Monetario Internacional, varios países de Asia han echado mano de un fondo de solidaridad asiático. Seúl ha prometido aportar a éste veinticuatro mil millones de dólares, mientras se esperan las contribuciones de Pekín y Tokio. En Corea del Sur, la tormenta económica se abate sobre una sociedad debilitada y un Gobierno desacreditado. Incluso la intensificación de las tensiones con Corea del Norte no bastan para desviar la atención. Y las movilizaciones toman una forma desconocida...