La crisis económica da una oportunidad para que la economía de los países ricos adopte una trayectoria distinta con respecto a los flujos de energía y materiales. Ahora es el momento de que los países ricos, en vez de soñar con recuperar el crecimiento economico habitual, entren en una transición socio-ecológica hacia menores niveles de uso de materias primas y energía. La crisis debe permitir impulsar las propuestas de los partidarios del decrecimiento económico. El objetivo social en los países ricos debe ser vivir bien dejando de lado el imperativo del crecimiento. Porque a partir de cierto nivel de ingreso, la felicidad ya no crece en igual proporción.