Algo falla en la comunicación de los políticos españoles en las redes sociales. Es su actuación, aunque quizá la palabra más correcta sea sobreactuación. La actividad de los principales dirigentes políticos en las redes sociales demuestra que están ahí más por obligación que por devoción.
Se trata de una impostura a la que se han visto obligados, han debido migrar rápidamente a un entorno que no conocen y mucho menos comprenden. Su llegada se ha producido de una manera totalmente abrupta. Sobreactúan en el mundo digital con modos y costumbres de otros medios: trasladan en la red la propaganda, la imposición de mensajes y la ausencia de diálogo que practican a menudo en sus partidos. Ni entienden ni creen en el medio. Y su presencia, en muchos casos, chirría.
Something is wrong. There is a deficit in the use that Spanish politicians make of the social networks. Their activity is largely overacted indicating that they are present in the social networks out of obligation rather than devotion. This stems from a position where they have been obliged to migrate to an environment which is neither familiar to them nor one that they fully understand.
Their arrival has been abrupt. Spanish politicians flood the digital world with customs and methods typical of other media forms, promoting propaganda, imposing messages and avoiding dialogue much as they do in their parties, and their presence is, in many cases, wincing.