Este artículo, en lugar de discutir las hipótesis tanto de la doble dependencia de la Argentina con Estados Unidos y Brasil, como de la cooperación entre estos tres países, naliza la presión prácticamente determinante que sobre la política exterior formulada desde Buenos Aires, tuvieron en los últimos tiempos los cambios provocados por Washington y Brasilia en los contextos internacional y de las relaciones bilaterales. En este sentido, se subraya que los mencionados cambios no tuvieron por fin crear un escenario de presión sobre la Argentina, sino que uno por ser potencia hegemónica y el otro por ser un Estado pivot decidido al liderazgo regional, en sus respectivas coyunturas, desarrollaron acciones diplomáticas que le establecieron marcos y constreñimientos a la política exterior de la Casa Rosada.