Natalia Soto
La introducción de un trabajo escrito generalmente se escribe al final, cuando se recupera lo desarrollado. Al hacerlo me doy cuenta de los múltiples caminos recorridos, autores y conceptos que no conocía, temas sobre los que tuve que informarme para tratar de no cometer errores y no malinterpretar conceptos de otras disciplinas; lecturas a las que llegué por vías de otras que me atraparon, me distrajeron y me hicieron atrasar el escrito. Apenas me doy cuenta de la inmensidad de las cuestiones relacionadas con la salud mental, de la imposibilidad de abarcar si quiera alguna de ellas y desarrollarla en este primer ateneo.
Por eso, les voy a presentar las mínimas reflexiones que pude esbozar en esta difícil tarea, aquellas relacionadas con los atravesamientos del campo de lo jurídico en el terreno de la salud mental, y la historia de Emilia�