Durante varios años, la Unión Europea procuró encuadrar sus relaciones con América Latina mediante proyectos de asociación bloque a bloque. En 2007 cambió subrepticiamente de objetivo y firmó un acuerdo de asociación estratégica con Brasil. Este artículo analiza las consecuencias de ese acuerdo, así como de las correspondientes alteraciones de la política exterior brasileña, para el futuro del interregionalismo.