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En este artículo analizamos la situación financiera del sistema contributivo por medio de la Contabilidad Generacional. Esta técnica permite evaluar la deuda intertemporal acumulada por el sistema de pensiones y la redistribución intergeneracional resultante de traspasar esta deuda a las futuras generaciones. Aunque la mejora coyuntural del entorno macroeconómico y la racionalización financiera prescrita por la Ley 24/1997 logran retrasar la aparición de déficits, todavía se obtiene una deuda implícita substancial aunque se trasladen totalmente los complementos al mínimo a los presupuestos del estado.
Finalmente, dada la insostenibilidad del actual sistema se valora el impacto en la redistribución intergeneracional de la renta, de distintas opciones de reforma extremas que restauran la sostenibilidad. Para evaluar el respaldo político de cada una de ellas se propone un indicador que mide el pago neto diferencial que impone la reforma a cada una de las generaciones votantes.
