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El pasado mes ha sido noticia el hecho de que un imputado haya prestado declaración judicial presencial alrededor de veinticuatro horas, con contadas y brevísimas pausas, finalizando su deposición de madrugada. El objeto de las presentes líneas no es otro que, haciendo la mayor abstracción posible del caso concreto, mas tomándolo como referencia, analizar de un modo conciso los aspectos médicos y jurídicos de la �permítasenos la expresión� perpetuación de la declaración del imputado y la eventual causa de nulidad que podría aflorar dándose determinadas circunstancias, con los efectos procesales que le serían propios.
