Si la reforma para la «agilización procesal» de 2011 de la Ley de Enjuiciamiento Civil nos ha traído un redactado de los preceptos de la casación que resulta imperfecto y contradictorio, aunque sobre todo ingenuo, los criterios interpretativos de la Sala Primera del Tribunal Supremo de 30 de diciembre de 2011, pese a su superior técnica jurídica, propician un estrechamiento del régimen de admisión que en gran medida carece de apoyo legal, lo que resulta inaceptable en un Tribunal de Casación.