Cuando en 1959 se inicia la segunda etapa del régimen franquista, bajo el dominio de la élite tecnocrática, la vieja guardia del movimiento sigue al frente del Sindicato Vertical. Sin embargo, el agotamiento del modelo autárquico anuncia la llegada de nuevos tiempos, y será en este ambiente en el que eclosionarán las primeras células comunistas en las fábricas de las principales ciudades gallegas. Poco a poco, militantes comunistas y otros simpatizantes se harán con la representación sindical en empresas y sectores importantes.