Cierto es que la creación, por la empresa, de grandes bancos de datos de los trabajadores aumenta los peligros a los cuales puede quedar sometida su intimidad y �cómo no- su libertad sindical en caso de no adoptarse las medidas cautelares oportunas. Ahora bien, no procede olvidar tampoco la importancia de poner límites a la informatización de circunstancias personales de los trabajadores, por parte de los representantes sindicales, que las necesitan para gestionar sus intereses y cumplir sus funciones, tratando de evitar, así, cualquier uso indebido.