La trascendencia de la Opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de 22 de julio de 2010 reside en haber establecido que el principio de integridad territorial se aplica a las relaciones entre Estados, de lo que se infiere que no es aplicable a las situaciones de naturaleza interna como son los fenómenos de secesión. A juicio de la CIJ la ilegalidad de una declaración de independencia sólo puede derivar del hecho de que ésta haya ido acompañada de un uso ilícito de la fuerza o de otras infracciones graves de las normas del Derecho Internacional general, en particular de aquéllas que tienen un carácter imperativo (jus cogens). Tal circunstancia debe ser apreciada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Teniendo en cuenta el carácter político del órgano del que depende esa valoración, y del posible ejercicio del derecho de veto de sus miembros permanentes, ello implica que los Estados que tengan problemas de separatismo pueden haber quedado desprotegidos.
The relevance of the Advisory Opinion of the International Court of Justice of 22 July 2010 rests in its affirmation that the principle of territorial integrity is applicable only to relations between States, and therefore is not applicable to internal situations such as the secession of part of a State. The International Court of Justice considers that the illegality of declarations of independence thus stemmed not from the unilateral character of these declarations as such, but from the fact that they were, or would have been, connected with the unlawful use of force or other egregious norms of general international law, in particular those of a peremptory character (jus cogens). This circumstance has to be appreciated by the Security Council of the United Nations. Taking into account the political character of the body which made that appraisal, and the possible practice of the right of veto of its permanent members, that means that states who have problems of separatism could have been left unprotected.